Este fin de semana ha concluido el primer Green Prix Valencia, en el Circuit de la Comunidad Valenciana Ricardo Tormo de Cheste, una reunión de competiciones que tienen en la eficiencia y el bajo consumo su razón de ser.
Valencia
ha tenido el honor de ofrecer tres competiciones en las que la movilidad
eléctrica ha mostrado al mundo su realidad, que para muchos de los presentes
pudo haber sido desconocida hasta ese momento.
En
primer lugar, el Campeonato del Mundo de Motos Eléctricas de la Federación
Internacional de Motociclismo FIM eRoadRacing que celebró en el Circuit su única carrera en territorio
español. La primera cita de un calendario con paradas en ciudades como
Oscherleben (Alemania), Le Mans (Francia), Laguna Seca, Indianapolis y Miller
hasta finales de septiembre. En septiembre se celebrará la final mundial en
Asia. Un campeonato mundial que vio la luz en 2011 y que se disputa sobre motos
impulsadas por motores eléctricos con baterías.
En segundo
lugar, las EC Races, una competición de biocombustibles, energía solar y coches
eléctricos en el que se reúnen los prototipos fruto de la investigación de 20
universidades europeas.
Para
finalizar, las ECO Series brindaron la oportunidad a los aficionados de
participar en un fin de semana de carreras con sus propios coches. Carreras
basadas en la conducción eficiente, el ahorro energético y las energías
alternativas donde el ganador no es el que va más rápido, sino el que consume
menos. Se trata de combinar deporte, conducción eficiente y nuevas tecnologías
y acercarlo a la ciudadanía.
La
organización invito a Julián Miralles Jr, piloto valenciano subcampeón de
España y de Europa para probar las motos eléctricas, el cual se quedo gratamente
sorprendido señalando que: “la que he llevado es prácticamente una moto de
calle pero muy divertida y estable, con buena velocidad y frenos y una
excelente aceleración, lo que más echo de menos el ruido, cuesta acostumbrarse
porque el sonido te avisa en una moto normal y aquí te tienes que guiar sólo
por tus sensaciones”, además no dudó en señalar que las motos eléctricas eran el
futuro del motociclismo, más pronto en el plano urbano que en competición donde
todavía tardarán en llegar.
Sin
lugar a dudas, Valencia ha tenido la suerte este fin de semana de echar una
mirada al futuro. Un futuro que llama a la puerta cada vez con más fuerza.
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